miércoles, 22 de julio de 2015

Mi dilema con los perfumes

¡Buenos días!
La entrada de hoy es algo distinta a lo que suelo hacer. La verdad es que estaba pensando sobre qué escribiros ahora, qué productos me quedan por hacer review, y a mis ojos llegó la caja de perfume que tengo desde hace mil años, observándome en una esquina de la habitación con ojos lastimeros.
Y en realidad ahí sigue, porque es que la fragancia que escogí cuando era pequeña, Baby Doll de Yves Saint Laurent, basándome exclusivamente en su envase llamativo y no en su aroma, que parece que ha sido elegida como mi fragancia. Creo que es una ceremonia similar a la elección de la varita en Harry Potter, aunque por desgracia esta colonia no hace trucos de magia.
Me refiero a que en mi familia, mi madre y mi abuela eligieron una fragancia de jóvenes y siguen con ella desde hace años. Y siempre que se les acaba el frasco compran la misma, sobreviviendo a pesar de que han llegado a tener problemas para encontrarla en las tiendas y estuvieron a punto de quitarles el producto. Y cuando yo escogí este perfume como mío, ocurrió lo mismo. Parece que he caído en la maldición de la superficialidad, pues aunque el aroma es bonito, se me hace muy maduro para una joven de 21 años y, sobre todo, muy maduro para una chica de 12, que debió ser el primer momento en el que la fragancia cayó en mis manos.
Y el problema sigue, porque conseguí acabar el primer frasco del producto, pero llegó la hecatombe.
Mis padres (divorciados, debo añadir) me compraron cada uno un frasco de colonia. De una colonia visualmente muy bonita pero con un aroma que sin duda no es para llevar a diario y menos una chica como yo.


Desde hace cuatro años estoy intentando terminar el producto y buscar una fragancia más acorde a mi estilo. Solo me la pongo para ocasiones especiales, dejando fragancias suaves y frutales como la de coco de Yves Rocher para otros días de diario, con lo cual el proceso se me está haciendo eterno y tampoco quiero dejar el perfume más olvidado de lo que ya está, porque en el fondo tampoco es que me disguste, es solo que no es mi colonia ideal. Cuando acabe necesitaré pasarme días en una tienda oliendo fragancias e intentando no volver a caer en la misma treta de un envase bonito.
La moraleja de esta historia es que nunca juzgues un perfume por su packaging y que si eres muy joven Baby Doll tal vez no sea tu fragancia ideal.

¿Vosotras qué perfume utilizais? ¿Habéis probado Baby Doll? ¿Pasasteis por alguna situación similar a mi “maldición de la superficialidad”?

5 comentarios:

  1. No he probado Baby Doll, pero sí que me han regalado perfumes que luego cuesta una vida acabarlos. Un beso, guapa.

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    1. Ya, a mi esos también me han llegado, pero con esta es doble culpabilidad porque, indirectamente, lo escogí yo. Cuando llegue el momento espero tener elegida nueva fragancia, ¡se aceptan sugerencias!
      ¡Un besín!

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  2. No soy de usar perfumes o fragancias al diario, solo en ocasiones especiales y las botellas que tengo, son de los que me han regalado. Había una botella que me gustaba mucho su armoma, era dulce y juvenil, pero se acabó y no tengo idea de cual sea... Mi papá es el que más me regala perfumes pero son olores muy fuertes que me causan luego dolor de cabeza XD aun así trato de usar poco y no muy seguido...
    Saludos hermosa y gracias por pasar por mi blog.

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    1. Qué fastidio! A mi lo de los perfumes que causan dolor de cabeza me pasa, sobre todo con una fragancia que me encanta pero es tan intensa que a la larga lo paso mal.
      ¡Un besín!

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  3. A mi a veces me llama más el frasquito que la fragancia pero es cierto que cuesta encontrar los aromas que nos encajan mejor, lleva algo de tiempo pero al final descubres que olores son los que te gustan más y con los que te identificas y ya los vas buscando en las colonias y normalmente no te ceñirás a una sola, yo tengo varias porque me gustan aquellas que llevan jazmín y un toque de vainilla. Un besito
    El blog de Sunika

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