Teñirse el pelo con Henna: materiales y pasos

¡Buenos días!
Hoy jueves he decidido inaugurar la sección de tutoriales y hacerlo con una entrada sobre cómo teñirse con Henna (y sobrevivir en el intento) así como un poco de opinión sobre si merece o no la pena todo el lío que se monta.

En primer lugar deciros que existen muchas hennas distintas y muchas combinaciones de estas plantas para adquirir uno u otro tono. Si se añade índigo, el cabello se oscurece, pero sin embargo, si se añade amla, se aclara el color del cabello y se obtienen unos reflejos más rojizos. Existe toda una combinación de plantas que al añadirse al cabello le dan una tonalidad u otra. Si queréis que os hable de las propiedades activas de cada una y saque un poco de mi "yo bióloga" en el blog, podéis dejarlo en los comentarios de esta entrada.
La henna que me dieron cuando fui a la India se trataba de una henna mezclada con amla, en la que las únicas instrucciones para su aplicación eran crear una pasta mezclando con agua tibia y dejar que reposara, sin usar metal. Esto se debe a que el metal oxida el principio activo de la henna (lo que da color al cabello) y por tanto si se manipula con metal el resultado será menos óptimo. Hay gente que utiliza metal para un tono distinto, pero la verdad es que no lo he utilizado nunca y no me atrevo, así que de momento no quiero opinar. Cada mezcla se emplea de forma distinta, por ejemplo, si os teñís con henna sola, es necesario darle un punto de acidez(con un limón) a la mezcla para sacar todo el potencial de la henna.
¿Qué necesitamos para teñirnos con henna? Aquí os dejo una lista

1. Henna: y un recipiente de plástico donde hacer nuestra mezcla.Como llevo ya más de una vez tiñéndome con henna, esta vez ya estaba preparada. La henna puede conservarse de una vez para otra si nos sobra, por lo que os recomiendo hacer la mezcla en un tupper y meterla en la nevera de nuevo. Los tuppers de los chinos resisten bastante bien el color de la henna y se pueden reutilizar, así que ya sabéis, mejor no tirarlos tras pedir a los chinos.
2. Guantes. ¿Queréis acabar con las manos naranjas? No, ¿verdad? Pues necesitáis guantes. En mi primera aplicación pensé que la henna no tintaba tan rápido y acabé como dos semanas con las manos naranjas. ¡Y las uñas! Se veía la marca de la henna en la uña, ascendiendo a medida que crecía. Los guantes que usé esta vez son de nitrilo, pero los de latex sirven también. Lo que pasa es que tengo mis manías.
3. Una capa de plástico para evitar que os manchéis la ropa. Esto es opcional, pero la verdad es que me pareció algo muy práctico. Mi madre compró un pack de capas de polietileno en discastillo y sirven tanto para proteger la ropa como para usarlas luego y envolverte en ella mientras el tinte tiene efecto. Un gorro de ducha también puede servir para el paso final.
4. Una camiseta naranja o de estas de andar por casa que no vais a volver a utilizar. La henna tinta, tinta piel, tinta pelo, tinta ropa. Si no tenéis una camiseta de andar por casa, utilizad una a la que no le tengais mucho apego, o el pijama mismamente. Algo que no te importe si se llega a manchar.
5. Toallitas de bebé. Bueno, esto fue toda una sorpresa. Las compré cuando el otro día Marina, la administradora a la que todavía no conocéis, me dijo que servían igual que los desmaquillantes pero eran más baratas, y me dispuse a hacer el experimento. Las usé para quitarme los restos de henna de la piel, de la frente o del cuello. También sirve aplicarse vaselina u otra crema que cree una barrera impermeable, de modo que no se os manche la cara. De todos modos las toallitas me han sorprendido gratamente. También sirve para limpiar posibles manchas en el lavavo tras la aplicación de la henna.

 Para aplicarnos la henna hay que tener algo de paciencia y maña. Yo comienzo tiñendo las raíces, porque lógicamente es lo primero que tiene que coger color (sobre todo cuando estamos tiñendo por segunda o tercera vez). No utilizo pinceles por el caracter pastoso de la mezcla, ya que siento que no se distribuiría bien en el cabello. A medida que lo voy aplicando lo enrollo sobre la cabeza e intento mantenerlo allí y aplastarlo con la henna sobrante. Es bueno revisar que la henna se aplica bien, y echarla por la zona de la nuca que a veces se nos olvida. Este proceso es muy parecido al de un tinte normal, aunque un poco más pastoso que estos.
 Una vez tenemos todo el pelo embadurrado, nos envolvemos con la capa de plástico o el gorro de ducha y esperamos. Cuanto más mejor, pero no hay que dejar que la henna se seque o dejará de hacer efecto y penetrar en el cabello. Lo mínimo que recomiendo es una hora, pero yo diría que 3-4 es lo óptimo.
Después de ese tiempo, hay que aclararse toda la henna del pelo, y si queremos, podemos echar una mano de champú. Luego hay que esperar al menos 3 días para volver a mojarnos el pelo, ya que la henna que se queda en el pelo sigue actuando.
Como se me está quedando una entrada muy larga, os dejo con los resultados y otro día hablo de las ventajas y desventajas. Es curioso, porque dependiendo de la luz el pelo adquiere una tonalidad distinta, siendo más o menos roja dependiendo de la luz y los reflejos. He escogido cuatro ejemplos para que lo veais con vuestros propios ojos. Son todos de esta última vez.

¡Y esto ha sido todo! Lo siento si me ha quedado una entrada muy larga. Próximamente os hablaré de los resultados, teniendo en cuenta también otras propiedades de la henna.
¿Vosotras habéis usado henna? ¿Cuáles han sido vuestros resultados? Espero que me lo contéis en los comentarios.
Y ya sabéis, nos leemos el martes con una nueva entrada.
¡Un besín!